relato: La estrella endemoniada
La estrella endemoniada
El 9 de febrero de 1995 Manuel Álvarez (nombre figurado), vigilante de las obras del ferrocarril de La Cañada (Ávila), entraba presa de un ataque de nervios en la cantina de la estación, donde ya sólo quedaban unos pocos parroquianos. Después de tranquilizarse comenzó su relato: sobre las 21:30 horas, estando encerrado en el barracón donde pasaba sus noches de vigilancia, escuchó ladrar a la perra. Cuando abrió la puerta el animal entró, apareciendo sin la cadena que la amarraba, y se acurrucó en un rincón. Al asomarse la comida del animal saltaba, entrando y saliendo del cuenco que instantes antes había llenado y golpeando en el camión en cuyos bajos estaba. Al girarse se dio de bruces con una mujer joven, morena y muy guapa vestida de blanco, con una especie de gorro cónico, que flotaba a 50 centímetros de altura. La mujer tenía en una de sus manos una vara con la que parecía garabatear en el suelo.
Al ver la escena Manuel Álvarez corrió para la cantina en busca de refugio, donde entró preguntando por quién había muerto ese día porque se le había aparecido. Cuando los pocos asistentes corrieron al lugar del encuentro descubrieron dibujado en la tierra dos círculos concéntricos en torno a una estrella de David y las letra STN, B, L que terminaron interpretándolas como un mensaje satánico por los "666" que estaban en el interior de la estrella.
Se acabó avisando a la guardia civil y Manuel Álvarez abandonó el trabajo, quedando afectado durante bastante tiempo.
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